LA AGRUPACIÓN

Una de las cerámicas tradicionales más famosas de Chile es la que se sigue produciendo en la ciudad de Talagante, a 20 Km. de Santiago. Se trata de escenas costumbristas pintadas con esmalte industrial. Algunas jóvenes, que al servicio de las monjas claras habían aprendido la técnica de la cerámica, inician la tradición de los característicos “Monitos de Talagante”. Desde hace 50 años, la Agrupación Folklórica en una creación de Raquel Barros, da vida al grupo de loza llamado “La Fonda”, incorporando bailes vigentes a comienzos del novecientos en versiones populares como el sombrerito, la resbalosa, la sajuriana y la cueca, precedidos por una tonada entregada por Audolia Rivas, de Cauquenes.

Danzas y costumbres populares de la Colonia, cuyo vestuario y ambientación fue tomado de la pintura “La Reina del Mercado” de Juan Mauricio Rugendas que, aunque realizada en México, refleja la época de Hispanoamérica alrededor de 1840. 

Entre las danzas se encuentra vals, palomo, sajuriana, secudia, seguidilla, pequén y cueca.

La necesidad de vincular el folklore con otras disciplinas artísticas, en este caso la pintura, llevan a la Agrupación Raquel Barros a dar vida al cuadro de Manuel A. Caro, “La Zamacueca”. A través de las diferentes variantes de esta danza se va mostrando la forma de divertirse de las clases populares a mediados del siglo XIX, con toda su picardía, en un ambiente altamente festivo. 

La dueña de esta Fonda, Doña Dominga, alecciona a sus sobrinas, para que atiendan a los asistentes con su mejor disposición. Esto hace que veamos en su máxima expresión todos los medios por los que vale la gente del pueblo para gozar del ambiente festivo en que se crean situaciones donde la picardía del chileno está a flor de piel.

Entre las danzas se encuentran zamacueca, cueca potrillo, cueca tablón, cueca agarra, cueca de la botella, cueca de la tonta.

Canciones y bailes bajo la ambientación del tradicional hombre de campo de la región Central de Chile, el Huaso.

El ambiente festivo es animado por un repertorio que incluye la danza nacional, la cueca, algunas otras como el vals, la porteña, el sombrerito, el correteado, la resfaloza y la polka, e incluso alguna otra danza zoomórfica como el pequén.

Ambientada en un salón de la época, en que una familia tradicional mantiene bailes llegados a Chile con el Ejército Libertador -el cuando y el aire- o traídos desde el Perú -la resbalosa y acaso la zamacueca y el balambito- nos evoca nostálgicamente un ritmo de vida muy distinto al actual. 

Las versiones de Cuando, El aire y Resbalosa fueron enseñadas a Raquel Barros por la profesora y pianista Australia Acuña, en cuya familia de Ñuble se mantenían vivas. En cambio, el Balambito fue entregado por las Caracolitos como se llamaba a las hermanas Amanda y Elsa Acuña.

Selección de canciones que Raquel Barros aprendiera de su madre doña Raquel Aldunate de Barros en las que se encuentran habaneras, tonadas, un vals y una jota. 

Este trabajo ha querido solamente tomar el repertorio informal que escuchamos desde pequeños y que nos transporta en los umbrales del milenio, a aquella época tranquila y con mayor actividad musical y familiar.

Situado en un barrio popular de Santiago, los personajes entremezclan los pregones de suplementeros, vendedores de castañas, o de motemey con el sonido del afilador de cuchillos, los juegos infantiles y el comadreo de vecinas que se preparan para asistir a una fiesta de bautizo en el que se tocan cuecas, valses y cumbias. 

Terminada la fiesta, es la calle la que nos conduce a la tristeza de una noche santiaguina. 

Tanto la investigación de los comportamientos folklóricos como la creación musical son un trabajo de Samuel Pérez.

Esta proyección nos muestra un recorrido desde los primitivos de la isla, hasta la actualidad, mostrando los Kai Kai, cantos de Riu, Tamuré y el infaltable Sau Sau, baile introducido con influencia samoana y sus orígenes se remontan a 1940.

Cuadro que representa al extremo Sur de Chile, donde se unen las costumbres Chilenas y Argentinas. Lugar donde se produjo el desplazamiento y exterminio, por terratenientes, del pueblo originario Selknam (onas).

Estudio e investigación que se está realizando en taller desde el año 2015 sobre Patagonia,   con el fin de llegar a un montaje en el año 2016, sobre esta zona.

Cuadro que representa una velada de mil novecientos, con danzas llegadas desde Europa, que fueron investigadas por Raquel Barros, podrán disfrutar de Mazurka, Varsoviana, Polka, Chotis, Cuadrilla y Vals.

Este montaje quiso visibilizar y dar a conocer el por qué llegó y se quedó en la isla de Caguach el Nazareno y que las personas de Chiloé lo recuerdan año a año realizando una hermosa fiesta preparada con varios días de anticipación.

Hay procesión, misa, pasacalles, bailes de banderas, etc. Esta fiesta religiosa data de 1778, las islas de Alao, Apiao, Tac, Chaulinec y Caguach establecieron una cofradía y se comprometieron a celebrar a su santo patrono.

“La niña y la lagartija” se estrenó en octubre del año 2001. La Agrupación Folklórica Chilena, con este montaje, instala por segunda vez en escena una obra que pone en valor una artesanía chilena. Primero fue a partir de la Cerámica de Talagante y en este montaje fue la artesanía de Rari. Se narra, a modo de cuento infantil, la historia de una niña de la localidad de Rari que se queda dormida jugando con una lagartija, una de las tantas figuras artesanales confeccionadas con crin de caballo. En el sueño esta figura cobra vida en tamaño gigante. Este juego onírico con la lagartija es la puerta de entrada a un mundo mágico en donde aparecen distintas figuras animadas participando lúdicamente de la historia creada por la niña.